Puntos clave

Descripción

Los sacos de polymesh son una opción innovadora y eficiente para el almacenamiento y transporte de productos hortofrutícolas y otros materiales que requieren alta ventilación.
Fabricados con una malla plástica duradera, estos sacos permiten un flujo constante de aire alrededor del contenido, lo cual es esencial para mantener la frescura de productos como patatas, cebollas, zanahorias y otros vegetales.
Además, su diseño robusto y flexible los hace ideales para contener leña u otros materiales que beneficien de una ventilación adecuada para evitar la acumulación de humedad y el deterioro.
La estructura de la malla no solo proporciona ventilación, sino que también permite una fácil inspección visual del contenido sin necesidad de abrir el saco, facilitando el control de calidad y la gestión del inventario.

Sacos de polymesh
Los Sacos de Polymesh son especialmente adecuados para contener patatas, cebollas, zanahorias y productos hortofrutícolas en general debido a su alta aireación.
También se utilizan habitualmente para leñas o cualquier otro producto que requiera de una alta ventilación para mantenerse fresco.

Recomendaciones de Uso:
Utilizar los sacos de polymesh para almacenar productos hortofrutícolas que necesiten ventilación constante, como patatas, cebollas y zanahorias.
Evitar llenar los sacos más allá de su capacidad recomendada para asegurar una ventilación adecuada y evitar daños.
Almacenar los sacos en un lugar fresco y seco para maximizar la durabilidad tanto del saco como del contenido.
Revisar periódicamente los sacos y su contenido para detectar signos de humedad o deterioro, y actuar en consecuencia.
Usar los sacos también para el almacenamiento de leña, asegurando que los troncos estén secos antes de colocarlos en los sacos para evitar la acumulación de humedad.

Recomendaciones de Mantenimiento:
Limpiar los sacos regularmente con agua y jabón suave para eliminar residuos de tierra y otros contaminantes.
Secar completamente los sacos antes de reutilizarlos para evitar la formación de moho y malos olores.
Inspeccionar los sacos periódicamente para detectar cualquier signo de desgaste o daño, y repararlos o reemplazarlos según sea necesario para garantizar su eficacia.